Hola como va? jajaja les queria traer este one.shoot de navidad de Bella y Edward. Son todos humanos... la verdad que es un poco largo pero es que me esmere y es el primer one.shoot que hago
espero que les guste!!!
-De ninguna manera!- le dije a Emmett mientras le devolvía la caja de cartón oscura. El rodo los ojos, sabia desde ya que jamás me pondría ese atuendo, entonces ¿para que rayos se había gastado en traérmelo?
-Bella, es solo un vestido, deberías tener más espíritu navideño- me acuso con una mirada responsable. Espíritu navideño no era usar un vestido de señora Claus… ni siquiera se si era de la señora Claus, de un duende, de lo que quiera que sea, no me pondría eso.
-¿Espíritu navideño? ¿Por qué no te lo pones tu entonces?- le acuse mientras salía del mostrador del local. Odiaba que Emmett venga a interrumpir mi trabajo para estas estúpidas cosas como disfrazarme de señorita Claus… si, creo que así se podría llamar el atuendo.
-Ya te lo dije Bells, yo seré el Santa del centro comercial- dijo con una voz cansada mientras se sentaba en los sillones de la tienda. Suspire agotada. Quería que mi hermano salga de esta tienda ya! Lo peor es que al conseguir el trabajo de Santa Claus en el centro comercial, seria casi imposible no verlo mañana.
No seas exagerada, mañana es víspera de navidad, lo veras igual
-Augh… Emmett, estoy trabajando ¿te puedes largar?- le pedí mientras agarraba su fuerte brazo y trataba de levantarlo, cosa que era estúpido ya que hablábamos del grandulón de Emmett. No logre ni una pizca de movimiento en el mas que en sus labios que se arquearon en forma de sonrisa cuando vio el poco efecto que tenia toda mi fuerza en el.
-Deberías dejar de ser tan grinch… si, así te llamare estas navidades… Grinchella- Ah olvidaba los apodos de Emmett. Cada navidad, tenía un apodo para mi y para todos nuestros amigos. El año pasado yo había sido Pompón, que era como se llamaba un duende de Santa Claus en la película de “Martin y la navidad mágica” una que habíamos dejado de ver a los diez años.
No es que no me guste la navidad, como a cualquier persona común, la navidad le atraía era mi época favorita del año. Nada mas que odiaba el hecho de tener que celebrar en exceso, aceptaba las decoraciones ya que me parecían súper alegres, los villancicos… bueno siempre se podían aguantar, pero a tal punto que deba vestirme de señorita Claus para salir a la calle eso si no lo aceptaba.
-¿Grinchella?- pregunté cuando conseguí pensar con claridad el apodo de este año. El asintió sin prestar mucha atención.
-Aha, el Grinch + Bella es igual a Grinch- ella- Dijo como si de un niño estuviera hablando. Yo lo mire mal, yo no era el grinch, solo no quería excederme con las cosas, como en pascuas… termine disfrazada de conejo por culpa de mi hermano. Volví callada sin ganas de discutir y sin decir nada detrás del mostrador. No me extrañaba que no venga muchas personas faltaba una hora para que todas las tiendas del centro comercial cerraran y hoy la tienda de Alice había tenido muchísimo excito. Sentí como Emmett se paraba de vuelta y miraba la hora en su reloj. Parecía algo apurado así que solo dejo la caja en el mostrador.
-Solo pruébatelo, hazlo por mi!- pidió haciendo puchero… que bajo que había caído mi hermano. Un puchero no serviría para que me lo pruebe… ¿o si? A decir verdad Emmett me estaba convenciendo bastante con su gesto, además solo seria probármelo, entrar en el probador probarlo mostrárselo, que se ría, volver al mostrador, cambiarse y listo. No seria gran cosa. Además, no es que iba a andar toda la noche con ese vestido rojo.
-No me sigas mirando así… esta bien lo hare. Pero solo me lo probare ¿de acuerdo?- le acordé. Emmett pareció estar de acuerdo. Agarre la caja y le eche una mirada mientras mi hermano volteaba a ver quien había entrado en la tienda.
-Hola!- dijo una voz bastante familiar. Yo levante mi cabeza en busca de la voz que había saludado. Rosalie estaba cruzando la tienda hacia el mostrador mientras sonreía brillantemente. Sus tacos retumbaban contra el suelo de madera de modo que uno siempre sabia que era ella sin mirarla.
-Hola Rosie ¿Cómo fue todo con…?- le preguntó Emmett misteriosamente mientras le daba un casto beso en los labios a mi cuñada.
-Bien, logramos convencerlo y ya esta aqui… en realidad Alice lo hiso todo- dijo hablando de… no se que.
-¿Qué cosa?- les pregunté yo mientras husmeaba la caja por adentro descubriendo que también habían unos tacones y un gorrito de navidad. Ja, ja están locos si creerían que me pondría tacos.
-Nada…Jasper quería saber el regalo que le tendrían a el hermano de Alice que vino ayer de Londres para decírselo por las dudas de que se pasen con el regalo y Alice lo convenció de que no diga nada- dijo Emmett como si de todo eso se tratara. Que raro, si a todos les gustaban los regalos de Alice, al menos que ese tal Edward, hermano del que nunca había escuchado hablar a Alice hasta la semana pasada tenga un cierto problema. Además, Jasper estaba loco por Alice como para revelar un secreto de ella, aunque sea un regalo sorpresa.
-Bueno, cambiando de tema ¿te probaras el conjunto?- preguntó Rose mirando hacia la caja en mis manos. Yo puse los ojos en blanco.
-Si, solo me lo probare ehh- les advertí. Rosalie rodo los ojos, y me condujo con sus manos apoyadas en los hombros hacia un probador.
-Ya sabemos Bells… solo pruébatelo- dijo Rosalie con un tono no muy de fiar. Voltee para verla en la cara y descubrir si tramaban algo pero ni eso fue visible ya que su hermosa sonrisa volvió a deslumbrar. Una vez allí me cerró la cortina dejándome frente a frente con el espejo aquellas dos paredes. Me desvestí y luego saque el vestido rojo de la caja. El traje parecía de esos que usaban las muchachas en los musicales navideños. Era rojo, strappless y acampanado. Tenia dos franjas blancas peluditas… o algo así. La primera franja, estaba arriba de todo y la segunda estaba en la terminación del vestido. Abrí el cierre de aquel peculiar vestido y me lo puse. Una vez cerrado el cierre conmigo adentro de el. Saque el cinturón negro que se suponía que iba en mi cintura y me lo ajuste. Me probe los zapatos rojos con plástico transparente y para el toque final ya que si haría esto lo haría bien, me puse el gorro de Santa. Me veía patéticamente bien. El vestido no me quedaba mal, todo lo contrario, me quedaba bastante bien. Mi problema era que esto era un disfraz. Me preparé para sufrir las risas de mi cuñada y mi hermano y corrí la cortina del probador dejando mostrarme. Rosalie, que estaba apoyada en el separador de los probadores, me miro alegremente.
-Aww, eres toda una señora Claus- me dijo mientras me hacia dar una vuelta
-Señorita- le corregí yo. La vuelta de Rosalie termino al lado de mi hermano y mientras el me apreciaba, se reía y me hacia dar vueltas. Rosalie se adelantaba a una de las prendas colgadas en los costados de la tienda mientras que yo pensaba volver a cambiarme pero ella me detuvo llamándome mientras prestaba atención a la etiqueta de esta prenda que había agarrado.
-Bells, aguarda, me quiero probar esto me podrías traer de mi talla- pidió. Yo le asentí.
-Si ahora después de cambiarme te la traigo- Rosalie negó como una niña.
-Porfa ¿puede ser ahora?- pidió con el mismo aire que Emmett. Puse los ojos en blanco otra vez y me metí en la parte trasera para buscar su talle que tanto ya sabia yo ya que Rosalie era la primer compradora en la tienda de Alice. Cuando encontré su taya salí fijándome si era la adecuada.
-Rose, creo que este te ira bien- dije mientras posaba mis ojos en la fina prenda. No hubo respuesta alguna- Rose?- pregunté llamándola mientras alzaba la vista. No había nadie allí. No estaba ni Emmett ni ella. Bueno… por lo menos había conseguido que mi hermano se vaya. Suspire frustrada por el solo hecho de que podrían a ver avisado que se iban. Deje tranquilamente la prenda de ropa que Rosalie me había hecho ir a buscar en el mostrador y caminé al probador a cambiarme. Entre allí y cerré la cortina otra vez, cuando me voltee para verme en el espejo me di cuenta que realmente no me quedaba tan mal este disfraz, es decir, me hacia resaltar mucho los pechos y las caderas y cintura pero era bastante bonito y me quedaba bien. Cuando mire para abajo para agarrar mi ropa mientras me desabrochaba el cierre no estaba. ¡Mi ropa no estaba!
¿Cómo que tu ropa no esta? Preguntó mi conciencia.
¡NO ESTA!
No, aguarda tal vez te metiste al probador equivocado volvió a hablar mi precavida conciencia. Tenia razón. Salí de aquel probador tratando de calmar mi desesperación, luego me metí al que seguía, nada. El que sigue, Nada!. El que sigue, NADA! No estaba mi ropa. Augh… me habían robado. No solamente robado. Mi propio hermano y mi cuñada (a la que quería como una hermana) me habían robado! ¿Por qué se habían llevado mi ropa? ¿Tan poca consideración me tenían? Esto de seguro fue un plan macabro ideado por una pequeña duende llamada Alice Cullen y un oso enorme que se hace llamar mi hermano luego de cosas como esta. Suspire frustrada. Esto no me podía estar pasando, pasaría la noche aquí con tal de que nadie me viera vestida así. Eso es, la noche aquí!
Pero tu te haz vuelto loca. Noches antes de víspera de navidad y tu en un shopping pensó mi conciencia. No se equivocaba, era de locos pasar la noche aquí. Además el Shopping ya comenzaba a cerrar sus puertas. Sin embargo no dejaría que Emmett, Rosalie, Alice y Jasper me ganen esta jugada, me quedaría aquí hasta que las tiendas cierren y no mostraría conflicto alguno.
Pov Edward
-Y dime… ¿esta noche estas ocupado?- preguntó la muchacha frente mío a la cual había olvidado completamente su nombre pero rayos que era hermosa. Además del cuerpo que tenia… dios!
-Emm, no. Creo que podríamos ir a mi ca…- hubiera terminado la frase “no, creo que podríamos ir a mi casa, allí estaremos mas cómodos”… pero tenia que ser que una persona con mucha fuerza me quitara de esa mesa en la que estaba sentada con Samantha si es que así se llamaba la muchacha.
-En realidad, Edward solo busca un poco de diversión contigo, cariño así que no te gastes- Dijo una voz bastante familiar, la de Alice. La expresión de la muchacha se torno de seductora a como si la estuvieran cargando. Alice tenia razón no planeaba nada con la hermosa mujer aquella
-Ehh… adiós, Samantha- le dije mientras Alice me tiraba de la camisa sacándome de allí. La chica frunció el seño como si algo no le hubiera gustado. A mi tampoco me hubiera gustado que venga una duende a sacarla a ella de allí.
-Me llamo Melanie idiota- dijo antes de pararse e irse por atrás. Yo la fulmine con la mirada a Alice luego de que me dejo de arrastrar por todo el centro comercial. Alice acomodo mi atuendo y me miro sonriente.
-¿Y a ti que te pasa?- le pregunté de mal humor. Ella sonrió alegremente. Alice tenia esa tendencia de andar haciendo estas cosas, era por lo que agradecía no tenerla en Londres en aquella universidad de allí.
-Vamos Edward, dos días en Seattle y ya te le encimas a una muchacha- dijo ella como madre protectora. No pude evitar reírme, no por el tono que había usado si no porque no era la primera muchacha… era la quinta. Alice me observo como si fuera un bicho raro hasta que su teléfono sonó me hiso un gesto de segundo en la mano y luego atendió. Alice hablaba muy alegre y decía cosas como “¿ya se lo probo?” y “ ¿Qué tal le quedo?” o “¿se llevaron la ropa ya?” muchas cosas que supuse que serian de su tienda aquí en el centro comercial. Justo ahora es cuando estábamos parados sin hacer nada y yo me preguntaba donde rayos había un baño. Aun no sabia la necesidad de estar aquí, Alice me había dicho que quería que yo la acompañe con Jasper y jamás me volvió a comentar que rayos haríamos aquí si no que también me dejo esperando en una mesa de una cafetería ¿Cómo no quería que hablara con las muchachas?
-Alice… voy al baño ¿si?- le pregunté. Ella asintió y me dejo ir no sin antes interrumpir su conversación.
-Ah! Edward. Nada de muchachas en el camino…- dijo, Yo puse los ojos en blanco y fui al baño.
Tenia que ser el colmo de los colmos. No creía que este pueda estar pasando un dia antes de víspera de navidad ¿Por qué a mi? ¿Qué había hecho mal?. La puerta estaba cerrada, me había quedado encerrado en el baño. Lo peor de todo es que el centro comercial se estaba apunto de cerrar y no había nadie en el baño. Empuje, golpee, grite hasta terminar cansándome. Comenzaba a creer que esto no era mera casualidad y tenia que ver con lo que Emmett y Rosalie habían estado hablando hoy luego de que vinieron a casa. Habían charlado algo sobre un plan y también habían hablado sobre la hermana de Emmett una tal Bella, en ese plan también me habían mencionado a mi. Estaba segurísimo que Emmett no perdería un oportunidad tan jugosa como tenerme aquí en navidad para divertirse conmigo y ponerme apodos locos y raros como Lord Aburrin. Estaba seguro que quedarme encerrado era parte de esto y si no… que loco me llamen pero era lo que creía. Puedo jurar que luego de una hora y media logre abrir la puerta del baño, me sentía tan alegre por lo que había logrado que salté de la alegría. A continuación lo que quería era ir a matar a mi hermana y Emmett. Lo malo es que cuando salí no había nadie en el centro comercial. No podía ser, no podían estar cerrando, es decir ¿Dónde diablos estaba metida Alice? Aughh….odiaba, odiaba, odiaba con toda mi alma este centro comercial. Juro que mataría al primero que se me cruce. Juro por dios que insultaría de pies a cabeza al que se me cruzara me importaba un comino que no tenga la culpa y también me importaba un comino que sobre actuara. No había nadie en este maldito centro comercial ¿ni un policía había rondando? Sentí un golpe en mi hombro. Esa era la persona con la tenia que desquitarme.
-Maldita sea! ¿no te podrías fijar por donde vas?- dije de mal humor.
-Oh lo siento si no vi la alfombra roja por donde caminas …- dijo una voz musicalmente femenina sarcásticamente y algo enojada. Voltee a ver a la causante de esa voz. Una muchacha vestida de… vestida de ¿Cómo decirlo? ¿la señora Claus? Seguí mi vista de abajo hacia arriba como lo hago con todas las muchachas. O por dios, debo admitir que esta tenia una figura de dioses… y unos pechos resaltados gracias a ese lindo vestido. Su rostro era aun mas hermoso, tenia unos ojos chocolate profundos y hermosos y el pelo castaño claro con ondulaciones además de tener un gorro de Santa Claus.
-Lo- lo s-siento n-no fue mi intención- dije yo volteándome dispuesto a pedirle perdón como se debía, además tal vez me gane su numero, era preciosa.
-Descuida… debo ser yo la torpe a estas alturas… Augh… me tengo que ir- dijo ella enojada mientras seguía su dirección con cuidado, la hubiera dejado ir pero no podía perder una oportunidad como esta.
-Espera… señora…Claus- la llame.
Pero que astuto llamar a una linda muchacha con el nombre de un personaje anciano y regordete, tu no quieres ganar un numero quieres ganar una enemiga, así no conquistaras a nadie me acuso mi conciencia
Bueno! Hacia lo mejor que podía, naturalmente, yo ponía nerviosa a las mujeres, no ellas a mi.
-Señorita!- me corrigió ella golpeando uno de sus tacos al suelo algo… furiosa.
-No creo que puedas salir. El centro comercial esta cerrado- dije yo encogiéndose de hombros. Ella volteo asustada y casi corrió hacia mí.
-¿COMO?- grito. Yo me asuste, ella definitivamente estaba más nerviosa que yo ahora mismo.
-a cerrado- susurre algo acobardado. Suspiró fuertemente y camino decididamente a sentarse en una banca de por allí.
Yo tampoco tenia salida así que me convendría sentarme junto a la señora… digo, señorita Claus a esperar hasta que alguien se percate que había dos personas allí adentro. Además con esos ojos tan choco latosos comenzaba a pensar que no importaba mucho la supuesta broma de Emmett, ¡¡podría hasta hacerlo con ella en un centro comercial!!
Edward! Por favor controlate, ni la conoces a la pobre y frustrada muchacha.
Es verdad, creo que estaba exagerando un poco… mucho. La muchacha tenia sus manos apoyadas en el borde de la banquilla, parecía muy frustrada y por alguna extraña razón sentía que le había pasado algo similar a mi. Obviamente no lo haría con ella aquí, ni la conocía, pero tal vez con su número se pueda hacer diversas cosas. Edward Cullen seduciría a la Señorita Claus.
Pov Bella.
¿Qué tanto observaba el muchacho aquel? Si, estaba enojada y muy! No podía creer que esto pase un día antes de la mejor noche del año… porque si, navidad había sido mi época festiva favorita, mejor que mi cumpleaños. El chico me miro unos segundos a la distancia sin notar que lo observaba. Estas me las pagarían muy caro… aunque… toda chica desearía quedarse atrapada en un centro comercial con un chico como el que tenia frente a mis ojos. Es decir, vaya hombre!! Era físicamente deseable y hermoso, como uno de esos actores que actuaban en películas que solo tenían éxitos porque había un apuesto muchacho. ¿estaría hablando con un actor? Tenía toda la pinta…
El muchacho se acerco lentamente y se sentó al lado mío. Dio un suspiro que dejo mucho en claro… como que sonaba que había pasado lo mismo que yo. No quería preguntarle porque estaba así pues yo parecía estar más furiosa.
-Suena a que la señorita Claus tubo un mal día- dijo el chico apoyando sus codos en sus rodillas mientras me miraba. Yo simplemente le respondí sin mirarlo. Ya me había percatado de esos ojos color verde esmeralda, unos de los que seria mejor si ni miraba, no quería problemas con la comunicación.
-Ni me lo digas- dije pesadamente- Que tu hermano mayor y su novia te dejen disfrazado de esto… es quedarse corto- le comenté mientras aplastaba el vestido acampanado. El muchacho asintió lentamente solo mirando a mis acciones.
-Debe ser duro… quedarse encerrado en el baño por una hora y media también lo es y todo lo hace peor si te encierran- me confeso. Uhh… eso también era malo. ¿Quién encerraría a un muchacho así en el baño? Es decir ¿eso es lo que quiso decir no? Yo lo mire compasiva
-Edward Cullen- dijo poniéndose firme y extendiendo una mano hacia mi. Ese nombre me parecía horrorosamente conocido, había alguien que había estado hablando de esta persona hace mas de una semana, además ese apellido quedaba descartado de la lista de desconocidos.
Idiota, Edward Cullen, Cullen, Alice Cullen, Hermano de Alice ¿te suena? Pregunto mi conciencia haciéndome entrar en razón.
Era verdad! El era el famoso hermano de Alice, el que venia de Londres y jamás había escuchado hablar sobre hasta… hace una semana.
-¿Tu eres Edward Cullen?- dije sorprendida mientras estrechaba su mano con la mía. Dios! Eso había sido raro, la electricidad que me sobrepaso en ese momento fue dio una reacción contraria a lo que hubiera pensado. Estreche mi mano aun más en signo de esa loca reacción.
-Si… emm ¿se supone que te conozco?- preguntó cauteloso. Yo negué con la cabeza y el suspiro aliviado por alguna razón que no comprendí muy bien.
-Soy Isabella Swan- le comenté con una media sonrisa. El muchacho solo se dedico a pensar unos segundos, no se si le sonaba pero su hermana menor era mi mejor amiga.
-AH! Ya se! Tu eres Bella, la amiga de mi hermana, tu estas junto a ella y Rosalie en la pantalla de el monitor de su computadora!- dijo algo mas o menos como una acusación. Recordaba esa foto del monitor de Alice, estábamos en la fiesta de graduación.
-Esa misma!- salte yo al recordar que debía responder.
-Dime ¿Cómo llegaste a estar vestida tan… lindamente navideña?- preguntó burlonamente. Yo lo fulmine con la mirada.
-La culpa fue de Emmett ¿lo conoces verdad? Es mi hermano- le comenté.
-Claro que conozco a Emmett es uno de mis mejores amigos- dijo como si fuera obvio yo me encogí de hombros dispuesta continuar mi relato.
-La cosa es que trajo este traje con la tonta idea de que me lo ponga para subir el estimulo navideño en el centro comercial- dije algo frustrada. El se hecho a reír, todavía no había llegado a la parte que me di cuenta que todo era una broma entonces ¿de que se reía?
-No puedes confiar en Emmett sabiendo que la navidad esta cerca- me dijo como si fuera obvio. Genial! Un extraño me daba consejos de cómo tratar a mi hermano como si lo conociera más que yo.
-Mi error fatal no fue confiar precisamente en Emmett si no que también en Rosalie ¿la conoces no?- Le volví a preguntar aunque sonaba tonto ya que me lo había afirmado cuando la nombro en la foto del monitor de Alice.
-Claro, Rose- dijo el coherentemente.
-Pero debí saber que tras todo esto andaba tu hermana también- dije comenzando a hablar para mi misma en voz alta mientras me olvidaba completamente de la conversación. Edward me miro curioso.
-¿Mi hermana? Donde hay ropa como la que tienes puesta y centros comerciales, Alice siempre esta metida, así que ella debe ser la pequeña cabecita del plan- me aseguró y seguramente no se equivocaba.
-¿y tu? ¿Cómo te quedaste encerrado… a propósito?- pregunté curiosa. El se acomodó mas cerca mío en la banquilla y se encogió de hombros.
-Como tu, también e sido victima de ellos- dijo. ¿Qué acaso no lo podían escoger a el para este tipo de bromas que no lo veían casi en todo el año?
-No se conformaron con uno solo este año- dije pensando en voz alta. El me dio la razón algo pensativo también. No podían a ver hecho todo esto para que al fin conozca al supuesto hermano de Alice… es decir ¿Qué loco maniaco haría esto?
Te olvidas que estas hablando de Alice, Jasper, Emmett y Rose, todo puede pasar me afirmo mi conciencia. Rayos era cierto!
Pov Edward
Debo admitir que cuando la muchacha afirmo conocerme me asuste por completo, no la podía conocer al menos que… me haya acostado con ella, era muy probable porque una muchacha así sonaba a que tendría que a ver estado en mi cama si o si… pero no, esta muchacha me conocía por Alice y resulta que ella también me había sonado conocida… lastima por la conexión de Alice, me costaría mas llevarla a la cama y esa propuesta podría llegar a seguir en pie
Edward Cullen! No te pases muchacho, apenas la viste
Si por dios pero viste esos pechos
Como yo puedes ser tu Se remordió mi conciencia, eso no había sido gracioso
De acuerdo… nada de sexo esta noche ¿okey?
Okey!
-No lo se, no son de hacer esto- dije algo extrañado, la muchacha se mordió el labio tratando de comprender lo que me refería. Por dios! Que deje de morderlo, se ven tan tentadores!
Basta… Exclamo mi dulce conciencia.
-Tal vez nosotros éramos parte del mismo plan- dijo la muchacha como si hubiera entrado en razón, de la cual tenia mucha. Hoy a la mañana estaban los planes de Rose y Emmett y a la tarde Alice estaba hablando por teléfono de… hablaba de Bella! Claro! Ya entendía, les preguntaba si se habían llevado a la ropa a Rosalie y a Emmett, preguntaba como le había quedado el vestido a Bella y si finalmente la habían convencido. Todo tenia sentidos…
- Ya entendí! Hoy Rosalie y Emmett estaban hablando de un plan, y Alice antes de que cerrara su tienda hablaba sobre como si te habían convencido y si te quedaba bien…- dijé sorprendido, me sentía todo un Sherlock Holmes. Bella me miro entrando aun mas en razón.
-Por supuesto y Emmett le preguntó a Rose cuando vino a la tienda si te habían convencido.
-Aha, Alice había logrado convencerme de que venga- dijé dándole la razón, cosa que dejo a Bella dudando.
-Pero no comprendo… ¿para que rayos nos quieren aquí? ¿o porque me quieren vestida así?- preguntó. A mi me sonaba que nos querían hacer conocer mejor pero si debía pensarlo bien podríamos a vernos conocido en un bar o incluso en navidad, la cual pasaríamos juntos… ¿querrían juntarnos en navidad?
-Bueno la verdad es que se te ve muy lindo ese traje- Le comenté. Lamentablemente mi subconsciencia tomo poder de mis ojos dirigiéndolos hasta los pechos de Bella la cual se dio cuenta y me pego fuertemente en el brazo.
-Auch!- solté una vez que mi distracción termino. Ella bufo.
-Te mereces mas que eso- me comentó. Si recién me conocía, como podía saber eso ella.
-¿Y tu que sabes?- pregunté en voz alta con el seño fruncido. Ella hiso una mueca que no comprendí.
-Tu, de seguro eres de esos muchachos a los que lo único que les importa es llevarse una buena mujer a la cama- Dijo como si me acabara de descubrir. La verdad es que yo no me definía así pero tampoco negaba lo que ella decía, es verdad agradecía siempre que podía tener una buena mujer en mi cama, no lo se, tal vez una de las cinco que me dieron su numero menos la ultima que no recuerdo su nombre.
-Oh perdone usted ¿y eso esta mal?- pregunté con algo de sarcasmo, ella se encogió de hombros
-Utilizas a las muchachas…- dijo como si fuera obvio, Mentira… yo solo las… acortejaba. No había escuchado jamás a una muchacha quejándose de mis servicios así que no se cual era el problema.
-Yo no las utilizo, las trato como reinas- me queje. Isabella bufo.
-Si claro, cuando están en la cama- dijo ella mirando para otra parte.
-Buen y ¿tu que? ¿eres así con los que recién conoces?- le pregunté de mal humor, si era así no me quería imaginar que pocos amigos debía tener.
-No, soy así con los muchachos como tu- dije con simpleza y una gran sonrisa que a pesar de tenerme que enojar le sonreí. Me sonaba como una muñeca, una muñeca brava.
-Di lo que quieras Isabella pero no conseguirás que pelee contigo- le advertí, las muchachas como ella seguro pasaban sus ratos peleando con las personas por ver quien tenia razón. Me pare del asiento y comencé a caminar por las tiendas cerca de allí. Una vez que me levante, Isabella no dudo en poner sus pies el espacio libre dejando ver esas hermosas y finas piernas que tenia. Hubo un gran silencio en el que nadie quiso decir nada, más bien yo no tenia nada para decir. Trataba de ser coherente con la muchacha aquella. No siempre aguantaba horas con una mujer hermosa sin hacer nada. No podía creer que Bella no se me haya lanzado encima o robado un beso ya. Eso es lo que hacían en Londres y al parecer en Seattle también pero ella nada, era muy testaruda y a decir verdad no me convenía que pasara nada con ella primero y principal porque las muñecas bravas eran las mejores… pero las mas difíciles, segundo, porque seria incomodo vernos a los ojos mañana. El silencio me comenzaba a incomodar aunque no duro mucho. Isabella comenzó a tararear una canción navideña muy entretenidamente mientras estaba recostada en la banquilla, no entendía como podía cantar en estas situaciones. Mire la hora ¿las once de la noche? No… esto no puede ser. Llamaría a Alice.
Oh gran idea tonto ¿Por qué no se te ocurrió antes? Volvió a exclamar mi conciencia.
Pues porque estaba ocupado en otra cosa.
Marque los números del iphone rápidamente. Sonó un par de veces hasta que se escuchara una voz musical.
-Hola?- preguntaron detrás del teléfono.
-Alice, maldita sea!- dije antes de hablar civilizadamente. Alice chasqueo la lengua.
-Edward… ¿Dónde estas?- dijo haciéndose la desentendida… muuy falso!
-Tu sabes bien donde estoy… en el centro comercial- Sonó una pequeña risita de Alice pero retumbaron detrás del teléfono las de Emmett… lo sabia.
-Oh no, yo no se nada de eso… pensé que te habías ido con alguna muchacha- dijo otra vez con ese tono muy falso. Yo puse los ojos en blanco… hubiera preferido a una muchacha que a esto.
-Alice! Por favor sácanos de aquí!- pedí densamente.
-¿Sácanos? Entonces estas con una muchacha- podría llegar a ver como sonreía pícaramente. Ella sabía que Bella estaba conmigo… ¿Qué era lo que intentaban?
-Si con Isabella… pero creo que tu ya sabes eso…- la acuse.
-No, ni idea ¿y que tal?- ¿Cómo y que tal? Estaba encerrado en un centro comercial con una muchacha que me etiquetaba como un mujeriego y cantaba jingle Bells rock!!
-Alice, escúchame, si no me sacas de aquí, mamá se va a enterar de esto y…- Alice me interrumpió desde el otro lado.
-Lo siento Edward estoy muy ocupada para tus amenazas hablamos luego si… que te diviertas con Bella- dijo y de pronto colgó. NO! Augh… no habrá regalo de navidad para mi hermana este año.
Encerrado… con Isabella… en un centro comercial… sin comer, ni tomar… ni donde dormir
Si gracias conciencia, estaba al tanto de mi pobre situación.
Cuando voltee a ver a Isabella, ella ya no estaba allí ¿A dónde se había ido? La busque por la zona pero no la encontré. Diablos… ¿y si había encontrado la salida y me había dejado solo? Ya que tenia el celular a mano la podría llamar pero… recién la conocía ni idea de su numero telefónico. Se lo podría pedir a Alice, me lo daría con tal de que por lo menos hable con ella. Le mande un texto a Alice preguntando por el celular de la dichosa fugitiva.
“Alice ¿Cuál es el teléfono de Isabella?”
Edward
Unos minutos después Alice contestó el texto.
“1548712955”
Alice (la mejor hermana del mundo)
Si claro… hermana para nada ya que te deja encerrado en un centro comercial con una desconocida. Agende el numero de Isabella junto al de las miles de chicas que tenia en mi directorio. Luego me apresure a marcar la pantalla para poder mensaje arle.
“¿Isabella donde carajo te as metido?”
Edward
La muchacha tardo en contestar pero luego de quince minutos recibí respuesta
“En la cafetería de arriba… ¿Cómo rayos obtuviste mi teléfono?”
Bella
“ahora voy y te cuento… y quédate ahí!”
Edward
Le escribí que se quedara ahí solo por las dudas y luego subí las escaleras mecánicas que estaban paradas. Una vez que llegue a la cafetería central la vi del otro lado del mostrador de la cafetería haciendo café como si fuera toda una experta. Bella me miro alegremente y llamo mi atención con dos tasas de café, el de ella con espuma.
-Pensé que te habías ido sin mi…- dije sonriendo mientras aceptaba su tasa de café. Ella negó como si hubiera dicho algo absurdo pero estoy segura que se le cruzo esa idea por la cabeza.
-¿Cómo conseguiste mi número de celular?- preguntó curiosa.
-Se lo pregunté a Alice- Me miro como si hubiera hecho una barbaridad.
-¿Le preguntaste a Alice mi numero pero no le dijiste que nos saque de aquí?- dijo apunto de estallar de nervios. Yo le negué antes de que me tire el café en la cabeza.
-No, no. La llame pero me cortó entonces le envié un texto preguntándole por tu numero y me lo contestó- Dije con simpleza.
-Ahh…- dijo Bella volviendo a la normalidad. Yo la mire expectante. Hubo otro momento de silencio en el que yo me ocupe de tomar mi tasa de café. Noté que Bella no tenia mas el gorrito puesto.
-Y… cuéntame de ti- le pregunté divertido para sacar tema. Bella me miro como si fuera un tarado
-No estamos en una situación como para que ande contándote sobre mi vida- dijo antes de tomar un sorbo. Era impresionante como con tanta espuma en el café no se le hacia un bigote ni nada.
-Si lo es… me quedare una noche entera contigo… necesito saber de ti… mira si eres una asesina serial y yo ni idea…- dije. Bueno si tal vez un poco exagerado pero era verdad. Bella se rio un poco haciendo destellar su hermosa sonrisa. Esta chica era demasiado preciosa para no hacerla mía.
-bueno… no soy una asesina serial… ¿Qué quieres que te cuente?- me preguntó animadamente. Yo sonreí pícaramente… no, no la haría contar cosas vergonzosas así que comencé por lo que cualquier persona preguntaría cuando conoces a gente de tu misma generación.
-¿Qué edad tienes?- le pregunté.
-veinte… cumplidos en septiembre- dijo ella aclarándome su mes de nacimiento. Yo asentí lentamente en signo de comprensión.
-¿Tu?- me preguntó.
-Veintiuno cumplidos en junio- le comenté. Mas preguntas aparecieron en mi cabeza para formulárselas.
-¿estudias algo?- pregunté algo tímido. Ella solamente asintió. Bien por lo menos era una chica que tenia planes para el futuro.
-Estudio arte y literatura- me comentó. Bueno… eso era interesante, parece que la muñequita quería ser artista o… ¿leer libros? Da igual.
-¿Tu, que estudias?- me preguntó Bella.
-Medicina. En Londres- Era interesante el detalle de decir que estudiaba en Londres ya que al parecer a las muchachas de aquí las volvía locas. No lo decía con solo la experiencia de cinco chicas ganadas en dos días si no que con vacaciones de experiencia aquí en Seattle.
-Wow… debe ser difícil… separarse de su familia y…- dejo la frase inconclusa. Jamás me habían dicho eso al comentarles donde estudiaba.
- Si pero… aprendí a sobrevivir allí, además las mujeres son hermosas en Londres- dije con un tono de picardía y lujuria. Isabella se dio cuenta y me miro densamente. ¿Qué? ¿Acaso esa mirada no causo nada en ella?
-Debo suponer que por eso te gusta vivir solo sin tu familia…- dijo ella con el mismo tono que con la mirada que me dio.
-Bueno… es más cómodo- le comenté yo. Bella se quedo un minuto callada con el seño fruncido.
-Asi que… ¿las londinenses son hermosas?- dijo algo curiosa. Juro por todas las muchachas con las que me acosté que en esa mirada había una pizca de muchacha resentida.
-Aha…- dije yo con la misma mirada que antes.
-Mmm… no lo creo, las muchachas de Seattle también son bastante buenas y agradables- dijo mientras rosaba uno de sus dedos con la tasa de vidrio. Pude entender un poco a lo que se refería pero no preferí arriesgarme a decir algo que tal vez no era así que solté.
-Descuida muñeca si hablas por ti, tu eres mucho mas preciosa que las londinenses- le dije otra vez con lujuria. Logre mi cometido… o algo así. Isabella se sonrojo completamente y devio la mirada para reponerse. Cuando volvió a mirarme tenia un gesto desafiante el cual me hiso cuestionar si la muchacha era bipolar o tenia algún problema ya que no lograba hacer que se me tire encima… debía a ver algo malo con ella, seguramente.
-Dime… ¿a cuantas muchachas de aquí les dijiste eso?- preguntó inanimadamente. No me había puesto a pensar eso pero si de algo estaba seguro es que nunca repetía mas de dos veces el mismo piropo, debía admitir que eso era lo que hacia muy bien. Mis piropos salian naturales y geniales era parte de mi creatividad e imaginación… según mi madre.
-A ninguna, solo a ti- dije inocentemente. Bella entrecerró sus ojos con sospecha.
-Si… seguro- dijo como si le estuviera mintiendo. Que chica mas testaruda.
-Sabes… creo que por eso no tienes novio- le dije. Las muchachas como ella siempre querían tener la razón por sobre todas las cosas… en las relaciones esas cosas no servían por eso de seguro ella era soltera… algo bueno.
-¿Y tu que sabes si yo soy soltera eres adivino?- dijo como si la acabara de insultar, yo me encogí de hombros para darle algo mas de normalidad.
-Eres la típica muñeca brava… los chicos no quieren chicas controladoras cariño, quieren muchachas a las que puedan controlar- dije como todo un vudú del amor. Isabella me miro incrédula.
-Yo no soy controladora- me acusó… no para nada.
-Si lo eres, además siendo sincero contigo no creo que con esa forma de actuar seduzcas a nadie-le comenté con toda la razón del mundo
Eres un mentiroso, a ti te despierta todo actuando de esa manera
Si claro…
Verdad
Mentira
Verdad
Que es mentira!!
Es verdad
De acuerdo es verdad! ¿y que?
-¿Y tu que sabes?- me dijo inclinándose para atrás de manera ofensiva. Estaba logrando que mienta.
-Bueno… no lograste hacerlo conmigo- dijé. Si , era un mentiroso y creo que uno bueno porque se paro de inmediato haciendo que retrocediera.
-Ah mira tu… no tengo porque seducirte niño bonito, yo soy así y si te gusta bien y si no… también. Dijo enojada, se sento arriba de una mesa y frunció el seño. Mire para abajo para ver la hora ¿ya eran la una? Dios estaba seguro de que nunca nos vendrían a buscar. Y la verdad es que no vinieron. Pasaron dos horas mas y ya eran las tres de la mañana y nosotros aún en el centro comercial. Llame unas cuantas veces mas a Alice pero no me atendió. Bella también la llamo desde su Blackberry pero tampoco y después me pidió el celular a mi para ver si podía dejar unos mensajes amenzantes a mi hermana lo cual no me opuse ya que hasta yo lo había hecho. En fin eso de los mensajes había sido a las dos de la mañana pero habían llegado las tres de la mañana y yo estaba tirado en una pared mientras Isabella jugaba con los juegos que había bajado Emmett a mi iphone. La notaba muy divertida y sonriente para andar jugando al sudoku y a decir verdad ese juego no era nada divertido.
-¿de que tanto te ries?- le pregunté algo curioso.
-¿Cuántos números de muchachas tienes?- me preguntó divertida. ¿Estaba viendo mi directorio? Ya me parecía que se reia mucho para estar jugando a un juego donde debes pensar más de la cuenta. Me levanté rápidamente.
-Okey… dame el celular- le pedí antes de que pueda ver otras cosas… como mis mensajes. Bella se paro inmediatamente de la silla y salió de la cafetería.
-Ah, ah. Wow…hay más de veinte conversaciones con muchacha en tus mensajes… me parece que me entretenere un rato- dijo divertida.
-Bella, no. Damelo- le dije mientras la perseguía pues había empezado a caminar con el celular en la mano. No se como ni cuando pero empezamos a correr. Era bastante rápida por lo tanto me costaba mas pero yo estaba en perfecto estado físico así que no me llevaba por mucho.
-“Hola hermoso ¿nos vemos esta noche en tu depto?”- iba citando los mensajes de las muchachas mientras corría. Hay… no. Eso si era vergonzoso.
-Bella! Ven aquí y devuélvemelo!- le exigí pero Bella no se rindió y sigue corriendo mientras leía mi respuesta. Maldita muchacha… ¿Por qué lo hacia complicado?
-“No Tanya, esta noche tengo… otros compromisos” JA, JA ¿Qué? ¿ya te habías conseguido a otra?- me preguntó otra vez con ese tono burlón.
-Bella…- Insistí mientras la corría por todo el centro comercial detrás de la muchacha que no paraba de leer mis mensajes. No conocía la palabra privacidad, estaba mas que claro. Se detuvo de repente y no llegue a notar de cuan cerca estaba de ella y a que velocidad iba por lo cual era imposible frenar.
-Ahh. Cuidado!- grite antes de estrellarme con Isabella y que mi iphone volara pisos abajo. Cuando abrí los ojos luego de darme cuenta que estaba en el piso… pero el piso no es tan cómodo. Me dije a mi mismo.
-Sal de arriba mío idiota- dijo Bella… ah, ya comprendía por que tanta comodidad.
-Tiraste mi celular!- le dije molesto. De seguro estaría roto. Hay no… ¿y todos mis contactos? Ah de eso no tenia porque preocuparme, los sacaba del chip. Igualmente quería a mi celular como a un hijo, tenia que ser la muñeca quien me lo rompa.
-Lo siento. Tu me tiraste!- me acuso.
-Si porque tu no parabas de leer mis mensajes que acaso no te enseñaron la definición de privacidad- dije molesto. Ella noto que esta vez no jugaba.
-Lo siento no fue mi intención de veras- me dijo poniendo puchero. Se veía endemoniadamente sexy con ese puchero. Luego note que estaba arriba de ella, seguramente le estaría pesando a la muchacha. Me corrí un poco al costado de modo que mi peso no caiga todo sobre ella.
-Está bien…- dije sin darle mucha importancia a el celular. Tenia a una muchacha hermosa frente a mi. El que este mas cerca de ella hacia que se vea aun mas preciosa. Conserve un momento de silencio para observar a esa diosa que tenia abajo mío. Era tan bella. Debió a ver notado que la mire cn suma determinación porque sonrió sonrojadisima. ¿Podría aguantar no hacerlo con esta preciosura? Me pregunte a mi mismo.
Lo prometiste me recordó mi conciencia
Bueno… pero mira en que situación estamos
Y a mi que? Me importa un comino la situación en la que estes es una promesa…como una promesa de navidad volvió a resonar mi conciencia. La deje por un momento cuando Bella vio que no paraba de mirarla, parecía que quería romper el hielo.
-¿Qué pasa?- preguntó en risas traviesas. Pronto me di cuenta del gesto de bobo que estaba poniendo, parecía un tarado enamorado pero era imposible que me enamore sin apenas conocía a la muchacha de abajo mío.
-Eres hermosa- salió de lo mas dentro mío. Genial ahora además de bobo, me salían las palabras sin llamarlas. Bella se volvió a sonrojar nuevamente con una sonrisa deliñada en sus hermosos y carnosos labios que ni bien les eche una mirada los míos ya pedían por probar esa exquisitez. No tenia nada malo de hacerlo después de todo yo besaba a muchachas con solo una hora de a verlas conocido y a veces me acostaba con ellas con solo cuatro horas de hablar con ella
-G-gracias- soltó bella segura pero tartamudeando a la ves. Yo me reí. ¿podría ser lo que yo creía? Es decir no me podía enamorar así de rápido al menos que…
-Bella… ¿crees en el amor a primera vista?- le pregunté soltando lo que verdaderamente pensaba. Bella se sorprendió por la pregunta e inmediatamente se volvió a sonrojar pero luego pareció a ver pensado mi pregunta con suma delicadez.
-Mmm… si- dijo decididamente fue sorprendente el modo en que pronuncio esas dos letras juntas formando la palabra que deseaba escuchar. De pronto todas mis preocupaciones se fueron, al diablo con el celular, no mataría ni a Alice ni a Emmett ni a Rose ni a Jazz, El estar con una muchacha como Isabella, tan decidida y activa era como un regalo de navidad que tenia entregado en bandeja pero que no lo notaba. Sonreí alegremente por la respuesta dada. Que mi conciencia se apiade por lo que haría ahora pero era inevitable estar tan cerca de una muchacha así de linda y no hacer nada al respecto. Acerque lentamente mis labios para ver si Bella estaba de acuerdo con este procedimiento pero parece que la muchacha esta estaba más decidida que yo porque los acerco un noventainueve por ciento dejándome a mí dar el paso para juntar sus labios y así lo hice. Mis labios estrecharon los de una chica que apenas acababa de conocer y no me importo que chica sea cuan muñeca brava sea, era hermosa y me gustaba y eso fue lo único que importo al hacer mis movimientos. Mis labios comenzaron a moverse junto a los de ella creando una danza hermosa con una sincronía perfecta, dios! Bella besaba tan bien que no daba ganas de detenerse jamás. El beso se volvió mas intenso a causa mía cuando pedí permiso de entrar en su hermosa boca y ella accedió sin protestar. No me equivocaba cuando decía que las muñecas bravas eran las mejores…
Pov Bella
Dios! Estaba besando a un extraño, debía detenerme ya, no podía seguir con este jueguito de besemos al que se cruce por en frente… o a quien caiga arriba tuyo pero es que estaba tan cómoda y sus labios calzaban a la perfección con los míos, me era imposible concentrarme en retirarlos de su dulce y hermosa boca. Con razón tenia tantas muchachas en su directorio cualquier chica con un poco mas de conocimiento sobre Edward Cullen se le habría tirado encima y lo hubieran hecho en cualquier lado… bajo otras circunstancias ya que yo ni sabia cual era su color favorito. De pronto mis traviesas manos dieron un recorrido hasta llegar hasta su cuello el cual rodee sin ningún problema aferrándome mas contra el hasta que Edward decidió que el peso que estaba dejando caer era mucho por lo tanto se dio vuelta haciendo que la que quede arriba sea yo. Entonces cuando se lo permitió la situación aferro sus brazos a mi cintura como si fuera su novia a la que no veía hace mil años y lo peor es que no me objete a nada y me deje llevar por el. Era como una loca historia de navidad donde el muchacho y la muchacha se enamoraban a primera vista en navidad justo cuando necesitaban a alguien para no sentirse solos en sus navidades. Luego pensé, que incomodo seria esto mañana a la noche pero fue lo que menos me importo, lo importaba era el ahora y al diablo con el mañana. El aire comenzó a hacer falta en nuestros pulmones por lo cual despegamos nuestros labios asustados de lo que el otro nos pudiera decir. Edward tenia un gesto de “lo siento” mientras que yo tenia uno de “ups…”
-Hay… no quise… lo siento- dijo luego de echar un risita nerviosa pero deduje que era inútil perdonarse cuando yo había actuado un cincuenta por ciento en el beso entonces me volvió a sonreír esperando una respuesta mía. ¿Qué decirle?
Habla antes de que se asuste, idiota
-no te preocupes, supuse que algo así pasaría- Hay que idiota! Eso no era lo que quería decir. Edward me miro divertido mientras se acomodaba en el suelo sin tener que moverme ni nada. Yo me puse coloradísima- Me refiero a que… a que… no te tienes porque disculpar yo…- hubiera continuado mi tartamudo discurso de que no me importaba que me haya besado porque yo también lo había querido así pero me sello los labio con los suyos haciendo que hagan unos lentos movimientos entre ellos y luego se separaran.
-Esta bien muñequita, no me tienes porque explicar nada- dijo Edward haciéndome sonreír complacida de no tener que avergonzarme mas.
En fin de todo esto, Edward y yo hablamos todo el resto de la noche. Y a decir verdad el beso en el piso no fue el ultimo que me dio. La charla fue constituida entre besos y abrazos mientras estábamos muy abrazados. Fue incomodo pensar en que dirían todos nuestros amigos si nos encontraban así luego de encerrarnos en un centro comercial. Era increíble admitir que tal vez si estaba sumamente interesada en Edward con tan solo conocerlo una noche me había enamorado de el a primera vista como el decía.
Alice y el resto vinieron unas horas mas tardes y tuvimos que explicar a seguridad que no estábamos robando si no que nos habíamos quedado encerrado por la noche y el jefe de seguridad nos dijo que lo dejaría pasar solo porque era víspera de navidad por suerte. No les contamos a Emmett ni a Alice nuestro pequeño amorío de ayer a la noche, simplemente lo dejamos pasar escondiéndolo ya que solo era el comienzo de algo que para mi suerte seria el mejor regalo de navidad.
Fiesta de navidad, casa de Alice
-Ah!! Me muero faltan dos minutos gente, agarren sus copas- gritaba Alice de un lado al otro saltando de alegría. Jasper trataba de contenerla mientras que Rose, Emmett y Edward se reían.
-Ya va mi amor cálmate- dijo Jasper agarrando su copa de champagne francés que nos habían regalado los padres de Alice y Edward. Nosotros lo imitamos antes de que Alice se vuelva loca.
-Ya son y cincuentinueve que emoción nuestra primera navidad todos juntos, nuevas amistades, amores!- dijo Rosalie en un suspiro agradable. Edward la miro despectante.
-Si, nos podrían a ver presentado antes- se quejo Edward hablando de nosotros dos. Es verdad ¿Dónde rayos lo metían cuando estaba aquí?
-O de una manera mejor- dije fulminando con la mirada a mi hermano, es que ahora estaba “ofendida” con el, con Alice… eso era imposible.
-Vamos… no te puedes aguantar una pequeña broma- dijo Emmett protestando con su copa en la mano. Edward bufo.
-Si… ¿una broma? ¿Dejarte una noche entera en el centro comercial?- preguntó Edward como si fuera una locura… lo era.
-Ya dijimos perdón- dijo Rosalie densamente.
-Además era para que se conocieran- dijo Alice como si fuera algo simple. Una mirada traviesa se le cruzo a Edward y podría hasta jurar que pensó en nuestros besos de ayer a noche lo que me hiso alarmarme.
-Bueno muchachos no se peleen mas… es navidad- dijo Jasper mirando su reloj. Todos sonreímos y olvidamos los rencores brindando con las copas alegremente. Alice y Jasper se dieron un efusivo beso luego de tomar en sus copas al igual que mi hermano y mi cuñada. Pude hasta notar las miradas expectantes de Edward y como se había acercado a tal distancia que tenia ganas de continuar la cadenas de besos navideños.
-Te quiero dar algo- dije a Edward antes de que me besara frente a todos. Me miro con una pizca de lujuria en sus ojos como si le fuera a dar otra cosa.
-Por dios no puedes parar de pensar en eso… es otra cosa- le aclaré mientras me lo llevaba a la sala, al hermoso arbolito de navidad que Esme había decorado preciosamente. Edward bajo la mirada como si le acabara de decir que no existe santa Claus.
-Bueno… siempre hay que mantener esperanzas- dijo encogiéndose de hombros… sabia que se refería al comentario que había hecho a noche.
Flashback
Luego de un silencio entre los dos Edward pareció descubrir la diversión en si mismo por lo cual me miro pícaramente y yo a el expectantemente. Si tenia algo que decir que lo diga ya me comenzaba a aburrir del silencio.
-y…¿Lo hacemos en el baño?- preguntó animadamente ¿PERO ESTE CHICO ESTABA LOCO? ¿Quién se creía que era yo, la ramera de la esquina?
-¿tu te volviste loco?- dije con un tono divertido porque debo admitir que me sorprendió ver que me lo decía de verdad por la manera animada en la que había pronunciado cada palabra.
-nop… bueno… era para pasar el tiempo…- dijo densamente. Yo me rei sinfónicamente.
-No creo que pasar el tiempo sea hacerlo con una muchacha a la que conociste hace siete horas- dije riéndome. El se rio conmigo.
-Pero tu eras la ecepcion muñeca- me dijo antes de depositar un casto beso en mis labios- Además… siempre hay que tener esperanzas.
Fin del flashback
Luego de recordad esa simpática e incomoda escena. Agarre de la mano a Edward y lo deje frente al arbolito. Luego agarre un paquete color plateado envuelto por mi y se lo entregue sin nada que decir.
-Esto… ¿esto es para mi?- dijo algo asombrado. Yo le asentí. Edward entre una mezcla se sorprendido y contento. Abrió su regalo. Al ver el nuevo Iphone cuatro sus ojos se iluminaron… después de todo se lo debía por el que le había roto.
-Bella… esto te debió a ver costado una fortuna… no puedo aceptarlo- dijo acercándose mas a mi y extendiendo sus manos con su regalo desenvuelto. Yo le negué con la mano y se lo volvió a empujar para el.
-Te lo debo Edward… te rompí el tuyo- dije. El se alegro y sin importar que haya alguien o no me deposito un efusivo beso en los labios.
-Gracias muñeca, eras la mejor muchacha con la que e sido- susurro entre mis labios sosteniéndome de la cintura con una mano.
-De nada- dije yo… nuevamente sonrojada.
-Yo también tengo algo para ti- dijo y a continuación me extendió un estuche rojo sangre hemos. Abrí el pequeño estuche rectangular para encontrarme con una pequeña pulsera de oro que llevaba unos hermosos dijes alrededor de ella. Esto definitivamente costaba mas que el celular. Dios! Era hermosa.
-Cielos… Edward es preciosa… es decir… gracias… si es que semejante cosa se puede agradecer- dije sorprendida. El sonrió y dejo sus cosas en la mesita pequeña al lado del árbol.
-Ven, déjame que te la ponga- dijo Edward agarrando con delicadeza la pulsera no sin antes mal pensar y carcajearse de lo que había dicho el mismo.
-Dios… no hay nadie como tu- dije mientras negaba con la cabeza lentamente. El se encogió de hombros y yo le extendí el brazo para que coloque la pulsera.
-Todo el mundo es capaz de mal pensar esa frase- dijo y luego coloco la pulsera en mi brazo. La observe moverse mientras la agitaba con delicadeza.
-Muchas gracias de verdad-dije mientras lo abrazaba y el me recibía rodeándome la cintura.
-De nada pero tu no te tenias que gastar tanto… yo ya tuve e regalo de navidad- dijo Edward. Yo lo mire expectante ¿Qué cosa?
-¿Qué cosa?- pregunté en voz alta esta vez
-A ti linda. Mi regalo de navidad fue conocerte a ti- dijo satisfecho de sus regalos. Sin pensarlo dos veces estreche mis labios en el dando comienzo al mejor beso de mi vida en el mejor día de mi vida… yo lo dije. La navidad es mi época festiva favorita.
OH DIOS MIO!!!! me ha encantadooo!!!
ResponderEliminarAAAAAAA que romantico y super tierno Jennie !! Te pasas de verdad,vaya que escribes maravilloso ..Ojala hubiese leido este Oneshoot en vispera de navidad ..Hubiera sido muy bonito y me hubiera alegrado el día!!
ResponderEliminarJennie lo que haces con las palabras es sorprendente ..me encanta tu creatividad y tu gracia para escribir!Te felicito :D
Besos y seguire leyendo tu blog !!!
Cuidatee
LAP